El agua, es un líquido compuesto por dos partes de hidrógeno y una de oxígeno. Es el componente principal de todos los organismos vivos y un elemento indispensable no solo para las criaturas que habitan en ella, como los peces, sino también para todas las que pueblan la superficie de la tierra.
• El agua se encuentra abundantemente en la naturaleza, tanto en estado sólido, formando la nieve y el hielo, como en estado líquido, en los mares, lagos, ríos y nubes.
• La mayor parte del agua que cubre las dos terceras partes de la superficie terrestre, es agua de mar, que por sus características físicas y químicas no es potable, es decir, no puede ser bebida ni por el hombre ni por los animales.
• La composición química del agua natural depende de las características de los terrenos en los que se encuentra, pues al depositarse o correr sobre la superficie de la tierra, recoge muchos elementos químicos del suelo, de suerte que éstos se hallan presentes en su composición, además del hidrógeno y el oxígeno.
• Las características físicas y químicas más importantes del agua, de las que depende el empleo del líquido, son las siguientes: acidez, dureza, olor, salinidad, sabor, temperatura y claridad.
• La acidez depende de la presencia de los ácidos carbónico, sulfúrico, bórico, clorhídrico, etc., disueltos en el agua, según el lugar en que se hallen. La dureza se debe a las sales de calcio y de magnesio. El olor se debe sobre todo a la presencia del ácido sulfúrico que se encuentra disuelto en ellas o ha sido producido por sustancias orgánicas en putrefacción. La salinidad, que también se llama residuo fijo, se puede conocer con el peso de las sustancias contenidas en un litro de agua y se puede establecer haciendo evaporar el agua para obtener los residuos. El sabor depende de las sustancias disueltas en el agua y puede ser dulce, salado, ácido o amargo. La temperatura depende de las condiciones térmicas del suelo y del aire con los que el agua está en contacto. Ciertas aguas, por ejemplo, tienen temperaturas mucho más elevadas que la media normal y se les da el nombre de termales. El agua potable debe encontrarse a una temperatura comprendida entre los seis y los catorce grados centígrados. La claridad del agua está determinada por las sustancias arcillosas y los hidróxidos de hierro que contenga en estado de suspensión.
• Las aguas subterráneas tienen enorme importancia para la vida del Hombre. Cuando surgen naturalmente al exterior forman, por lo general, la fuente de un rio o de un lago y, de acuerdo con su temperatura y su composición química, pueden formar fuentes de aguas termales o minerales. Si la reserva de agua se encuentra en una capa subterránea, puede ser extraída a través de un pozo. Estos pozos, que se excavan en lugares donde se tiene la seguridad de que hay agua, permiten que ésta salga a la superficie siguiendo el principio de los vasos comunicantes, o bien se la extrae por medio de bombas.
• Para que el agua pueda beberse, debe llenar determinados requisitos de pureza, además de ofrecer ciertas cualidades químicas y físicas. Por lo que se refiere a la pureza, el agua no debe contener un número excesivo de bacterias, ni gérmenes patógenos, es decir, que pueda provocar y difundir alguna enfermedad epidémica.
• En consecuencia, debe someterse, antes de ser utilizada para ser bebida, a exámenes químicos y bacteriológicos, y lo mismo se debe hacer con los terrenos sobre los que corre o en los que se encuentra. El examen químico debe establecer si existen sustancias orgánicas o inorgánicas que puedan haber contaminado el agua, ya sea a causa de una infiltración de restos animales, ya sea por la presencia de sustancias minerales dañinas. El examen bacteriológico está destinado a determinar el número de bacterias que contiene el agua y a buscar los microbios patógenos, en particular los bacilos del tifo y de la disentería.
• El agua que se destina a la bebida no solo debe carecer de gérmenes patógenos, de un excesivo número de bacterias y de sales minerales dañinas, como los sulfuros, el amoniaco, los nitritos y nitratos, sino que debe contener disueltos, aunque en cantidades tampoco excesivas, aire, anhídrido carbónico, sales de potasio, sodio, calcio y magnesio en forma de bicarbonatos, cloruros y cantidades muy ligeras de fluoruros, un poco de sílice y de hierro.
• No siempre el agua destinada a la alimentación del hombre, sobre todo la que se encuentra en la superficie de la tierra, presenta todos los requisitos de pureza exigidos para que el agua sea potable.
• Por todo lo mencionado, es fácil comprender que toda el agua destinada a la alimentación y a la higiene del Hombre, antes de ser distribuida, debe someterse a una serie de tratamientos destinados a depurarla completamente y, si fuera necesario, a enriquecer sus propiedades físicas y químicas.
• Los tratamientos a que se somete el agua, comprenden las operaciones de clarificación, de filtración y de esterilización.