La angustia nos previene de peligros o sirve para que prestemos mayor atención a nuestro entorno, lo que puede ser un factor de protección.
¿Qué causa la angustia?

• Los afectados reaccionan exagerándolo todo a causa de la perdida de la capacidad de analizar y valorar el peligro real. Los estados de angustia se viven por los afectados de modo diferente, pudiendo padecer desde súbitos ataques de pánico, hasta diversos trastornos crónicos.
• Los ataques de pánico surgen súbitamente sin motivo aparente, y van acompañados de taquicardia, disnea, temblores, sudores o sofocos, perdida de la voz, trastornos gastrointestinales, dolores torácicos, cefaleas, mareos o desmayos.
• A menudo las personas no se dan cuenta de que algo falla, no son consientes de los síntomas y les invade el miedo o padecer una enfermedad grave.
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Cómo se trata la angustia:
• Para comenzar, es importante que familiares y amigos se muestren comprensivos. Los estados de angustia pueden llegar a convertirse en una enfermedad contra la que no se puede hacer nada. Lo que más puede ayudar es una terapia de comportamiento.
• Consulte con el medico en caso de que su vida o sus actividades cotidianas estén marcadas por la angustia, o que los estados angustiosos se prolonguen o se agudicen repetidamente.
• Todo cuanto contribuya a su relajación y le ayude a recuperar su equilibrio interno, será altamente beneficioso para su salud: gimnasia respiratoria, ejercicios de relajación, deporte o yoga.
• Recréese con su pareja, un amigo o amiga. Busque el consejo del psicólogo, si necesita ayuda para superar sus estados de ansiedad.
• Es importante un aporte suficiente de nutrientes: potasio, calcio, magnesio, vitamina D, ácido pantoténico y vitamina B6.