¿Cómo disimular la cuperosis? En tiempos de frío y viento, tener el rostro enrojecido es normal. Pero si se trata de una condición permanente, puede ser sinónimo de cuperosis, una imperfección caracterizada por la dilatación de los capilares, que se hacen gradualmente visibles en determinados puntos del rostro.
Cómo reconocer la cuperosis:
• Inicialmente, la alteración consiste en una simple reacción del organismo a los cambios de temperatura o a la exposición prolongada al sol (el problema, por lo tanto, no se presenta solo en invierno, como a menudo se cree). Aparecen enrojecimientos difundidos en las mejillas y la nariz, pero se trata de un fenómeno transitorio, que puede ser causado también por otros factores, como particulares estados emocionales o problemas gástricos.
• En la fase siguiente, los vasos sanguíneos resultan evidentes en la superficie y el enrojecimiento se vuelve permanente.
• En algunos casos, la cuperosis puede empeorar, hasta la aparición de auténticas erupciones cutáneas, señal del llamado "acné rosácea", una enfermedad de la piel causada por diversos factores, como la edad (a menudo se presenta en la menopausia).
• El que se agrave la alteración puede ser determinado por la presencia de la bacteria "helicobacter pylori" (también responsable de la gastritis y de la úlcera estomacal), por el uso de cosméticos inadecuados o bien por la exposición a los rayos solares.
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Cómo tratar la cuperosis:
• Si la piel está afectada por cuperosis, es necesario utilizar líneas cosméticas específicas, con principios activos calmantes, que ayudan a prevenir el problema. Se trata de preparados que protegen la piel de los cambios de temperatura y de las radiaciones solares. El ingrediente más utilizado es el óxido de zinc, capaz de reducir el enrojecimiento y de reflejar los rayos ultravioleta.
• Del mismo modo se emplean principios activos capaces de influir positivamente en la microcirculación cutánea. Los más comunes son: el factor vitamínico P (bioflavonoides) y la vitamina C, contenidos en las frutas salvajes (en particular en el arándano) y en muchos otros vegetales. En los arándanos están presentes los antocianósidos (vasoprotectores), que son un autentico "toca y sana" para las alteraciones de los vasos sanguíneos, porque aumentan la resistencia y disminuyen la permeabilidad. El extracto de arándano, en general, está asociado a las saponinas, sustancias de origen natural que se obtienen, por ejemplo, de la hiedra, del hipocastaño y de la centella asiática. Son principios activos de elevado poder antiinflamatorio, astringente y protector en relación a los capilares.
• Finalmente, hay otras dos plantas que se emplean y que realizan una eficaz acción descongestionante y que normaliza la microcirculación: la caléndula y la camomila.
• Si el rostro, además de enrojecerse da comezón y arde con facilidad, es mejor consultar al dermatólogo, para que descubra las causas.
Cómo disimular la cuperosis:
Eliminar o tener bajo control los enrojecimientos no es una meta a la que se llegue de inmediato, se alcanza con lentitud y en forma gradual. Mientras esto pasa, un buen truco hace que la cuperosis sea "invisible".
• Para esconder la imperfección, los profesionales del cutis utilizan bases y polvos verdes, un color capaz de "absorber" (visualmente, se entiende) el enrojecimiento, hasta hacerlo desaparecer. Hoy se encuentran disponibles polvos, cremas y correctores de base verde, específicamente formulados para este objetivo. Naturalmente, una vez aplicados, asumen una tonalidad del todo similar a la de la piel.
• La técnica de aplicación es importante: estos productos se emplean solo en los puntos afectados por la cuperosis (en las mejillas, en la nariz y al centro de la frente). El riesgo, en ausencia de zonas enrojecidas que contrasten, es el de alterar el colorido del rostro, con un resultado definitivamente antinatural.