El manejar a gran velocidad mantiene relación directa con el estrés y la falta de liberación de sentimientos y depresiones.
Porqué conducimos a exceso de velocidad:

• Cuando vivimos dentro de un ambiente agotador, con muchas presiones y poca facilidad de expresión, al sentarnos frente al volante sentimos que somos capitanes de nuestro propio barco y que tenemos control sobre todas las cosas. También sirve para liberar adrenalina, lo que no hace sentir libres y satisfechos.
• Además de problemáticas de tránsito y de quebrantar las leyes viales, el manejar a exceso de velocidad pone en riesgo la vida del conductor y de los que van con el, los peatones y vehículos que se encuentran cerca del mismo.
• Es por eso, que resulta de gran importancia, que no manejes rápido, pues al querer liberar a ese conductor de Fórmula 1 que llevas por dentro, aparte de los problemas ya mencionados, si llegas a encontrar tráfico en tu camino lo único que lograrás será aumentar tu desesperación al no poder moverte a la velocidad que tú quisieras.