Una forma para controlar las porciones de comida y para comer mucho menos radica en reducir el tamaño de la vajilla.
Parece broma, pero ponlo en práctica y verá que si funciona.
No engorde controlando las porciones de comida:
• Procura que los platos sean pequeños (unos 15 cm de diámetro). Así se servirá menos.
• Mejor evita los platos hondos, pues entre más grande sea el plato, más comida cabrá en el. Así que consiga unos pequeños o utilice una taza para servir alimentos que tiende a comer rápido, como el cereal y el helado. Guarde el bol gigante para la ensalada y las sopas preparadas con consomé, para que se sienta satisfecha con menos calorías.
• Use cucharas pequeñas para servir la comida. Las personas que utilizan cucharas de 85 g para servirse ingieren casi 15% más comida que quien se sirve con cucharas de 57g.
• Se recomienda usar platones de cerámica en lugar de cristal.
• Procura que en tu centro de mesa este un platón con manzanas verdes, plátanos o mentas, en lugar de flores.
• Pinta de azul tus paredes. Se piensa que este color reprime el apetito de forma natural. Las luces azules provocan que la comida se vea menos apetitosa, mientras que los colores más calientes, particularmente el amarillo, tienen el efecto opuesto. Los restaurantes de comida rápida han recurrido a esta estrategia por décadas. Es por eso que casi todos tienen interiores amarillos... quieren que comas más.