Con cierta ironía se podría afirmar que pensando en que pudo ser peor, y es que cuando uno piensa en un mal día, solo piensa en lo malo que pudo ser, pero no en lo bueno que fue.
En efecto, los días más malos, son aquellos donde se combinaron elementos dichosos y funestos, además que el clima pareciera no ayudar, en pocas palabras pareciera que todo el cosmos estuviera en contra.
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Recomendaciones prácticas para sentirse mejor en un mal día:
• Procurar descansar temprano.
• No ver noticieros nocturnos.
• Evitar escándalos o discusiones familiares.
• El mal humor tratar de dominarlo.
• Cuidar no proferir ninguna ofensa, una vez pasado el mal momento se pudiera arrepentir de lo dicho.
• Convivir con la familia, al fin de cuentas es el refugio a prueba de malos días.
• Valorar los momentos familiares al máximo, a veces los problemas cotidianos parecen interponerse.
• Nunca buscar compararse con nadie en particular.
• No buscar culpables, y desquitar toda la rabia contra dicho infortunado, son cuestiones circunstanciales.
• Agradecer a la vida por contar un nuevo día.