Al igual que otras adicciones, es cuestión de voluntad férrea y determinación, lamentablemente para un adicto al juego, las apuestas deportivas se vuelve parte de su personalidad, le proporciona emoción, y sobre todo satisfacción.
Las consecuencias no se hacen esperar sobre todo en el seno familiar, donde se observan crisis de pareja, económicas y personales.
Se pueden enfrentar problemas matrimoniales, falta de atención a los hijos, y lo que es peor, olvidarse del aspecto personal por atender el juego.
Recomendaciones para dejar el vicio de las apuestas deportivas:
• No esperar la siguiente vez como la afortunada, muchos adictos a las apuestas se obsesionan con la idea que la siguiente ocasión es donde ganaran, y conforme este pensamiento, apuestan una y otra vez, hasta que inconscientemente se hallan enganchados al juego.
• Muchas veces (si no es que todas) el jugador se ve impelido por el consumo de alcohol, lo cual le desinhibe, apostando incluso el dinero destinado a gastos del hogar y personales por el deseo de ganar, encontrándose que, tras la borrachera, el dinero se ha esfumado, y ningún premio llego.
• El tratamiento a seguir para curar esta adicción que se conoce genéricamente como ludopatía, es de ayuda mutua con otros jugadores quienes compartirán sus experiencias, y de este modo se impulsaran para salir del atolladero, como se puede ver, es similar al tratamiento del alcoholismo, por la sencilla razón que ambas son adicciones auto destructivas.