La sed es ese deseo consiente de ingerir líquidos.
¿Cómo se produce el mecanismo de la sed?
• La sed se manifiesta por una graduación de sensaciones de intensidad creciente, que van desde la sequedad experimentada en la base de la lengua y en el paladar a una percepción de pesadez de la lengua, con la manifestación de nerviosismo y de ansiedad.
• La sensación de sed es mucho más imperiosa que la del hambre. El estímulo de la sed tiene gran importancia en el mantenimiento equilibrado de la cantidad de líquidos del organismo, puesto que la ingestión de agua representa, prácticamente, el único medio para restablecer los líquidos eliminados, a través de la orina, del sudor y de la transpiración.
• La manifestación del sentido de la sed puede ser determinada por factores locales, vinculados a la sequedad de la mucosa bucofaríngea (la sed del orador); pero tiene mucha mayor importancia los factores generales, como la disminución del volumen del líquido extracelular y del intracelular y la disminución del impulso cardiaco. Estos factores obran con un mecanismo desconocido, estimulando el centro nervioso de la sed.
• Esta superposición explica por qué ciertos factores que determinan la toma de agua causan al mismo tiempo y con frecuencia una disminución de su eliminación urinaria. Al centro de la sed llegan también dos tipos de estímulos que lo informan sobre la cantidad de agua ingerida por el sujeto y que conducen a la desaparición de la sensación:
• Los primeros proceden de la mucosa bucofaríngea y derivan del contacto de la misma mucosa con el líquido.
• Los segundos proceden del estómago y se hallan vinculados a la distención de este órgano provocada por la presencia del líquido.
• Estos estímulos inhiben temporalmente la actividad del centro de la sed:
• Si la cantidad de agua es suficiente para eliminar la causa general que ha determinado su manifestación, el estímulo no reaparece.
• En caso contrario, transcurridos algunos minutos, el centro de la sed reemprende su propia actividad y la sed reaparece.