La manzanilla es una planta clásica que se recomienda para aliviar una digestión pesada, un dolor abdominal o una indigestión. Todos estos beneficios, y más, se deben a sus principios activos.
• La apigenina y el bisabolol han demostrado en numerosos estudios que actúan reduciendo los espasmos intestinales, responsables muchas veces del dolor abdominal o de las diarreas, por lo que la infusión de manzanilla es ideal para aliviar esos síntomas.
• Pero, además, la manzanilla también contiene alfabisabolol, que actúa reduciendo la actividad proteolítica de la pepsina, la enzima que se secreta en el estómago para digerir las proteínas, y reduce la producción de ácido en el estómago, por lo que resulta muy útil tomar una infusión después de las comidas, para ayudar a evitar la acidez de estómago e incluso tratar úlceras estomacales.
• Por último, la manzanilla contiene principios amargos que estimulan la producción de sales biliares, lo que favorece la digestión, sobre todo tras comidas muy ricas en grasas.
• Si a esto le sumamos que no tiene efectos secundarios, esta planta se convierte en la aliada ideal de las indigestiones tanto de adultos como de niños y bebes.
En resumen, la manzanilla es una planta que ayuda a mejorar el proceso digestivo, ya que reduce la aparición de los espasmos que generan dolor, ayuda a digerir mejor las grasas y a prevenir la acidez de estómago; de la misma forma, en el caso de diarreas, acelera el proceso de recuperación.
¿Cómo tomar la manzanilla para la digestión?
• En infusión es la forma más común de tomarla.
• Ponga un vaso de agua a hervir, añada 1 bolsita o 1 cucharada de planta.
• Deje reposar de 5 a 10 minutos, filtre y beba de 1 a 3 infusiones al día.