Esta información te ayudará a dar primeros auxilios y te dirá qué hacer en caso de heridas y hemorragias.
¿Qué es una herida?
• Toda lesión penetrante con interrupción de la continuidad de la piel, mucosas u otro tejido, se conoce coma herida.
• Esta puede presentar diferencias de aspecto y de gravedad, según el agente que las haya producido; pero todas ellas plantean dos problemas fundamentales, que son: hemorragia y posibilidad de infección.
¿Cómo tratar una herida?
El tamaño de la herida, la situación (en relación con órganos importante), el grado de peligro que entrañe el agente causante, la ausencia de signos externos (puede ser una herida interna) señalarán el tratamiento de primeros auxilios que deberá aplicarse.
Cualquiera que sea el tipo, siempre habrá que contar con la aparición de shock, razón suficiente para iniciar el tratamiento adecuado, esto es:
• Mantener a la victima de espalda con los pies ligeramente levantados, excepto que la herida sea en la cabeza, abrigar al enfermo y aliviarle del dolor.
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¿Cómo detener la hemorragia de una herida?
• El método más seguro para detener las hemorragias de las heridas es la presión directa.
• En caso de no dar resultado, y la naturaleza de la herida no lo permitiera por su forma o ubicación, podrán intentarse otros métodos.
¿Cómo tratar heridas menores?
Todas las heridas son susceptibles de infectarse, por ello el tratamiento de primeros auxilios debe dar gran importancia a la prevención de este riesgo. Ante heridas menores, el tratamiento consiste en:
1. Lavar con abundante agua y jabón la herida y zonas adyacentes. Secar con gasa u otro elemento esterilizado.
2. Colocar un antiséptico no irritante. El cloruro de benzalconio resulta bastante adecuado porque combate gran número de microorganismos.
¿Cómo tratar heridas de mayor tamaño?
Si la herida es de mayor tamaño, no será prudente ni indicado intentar el tratamiento de desinfección.
• Tan solo se procederá a cubrirla con gasa esterilizada u otro elemento con propiedades similares.
• En tal caso, es preferible inmovilizar la zona afectada par la herida para evitar que con el movimiento se reanude la hemorragia ya contenida, agrande su tamaño o agrave el shock.
• Según las características de la región, se decidirá si conviene el uso de un vendaje ajustado y firme o una férula.
Toda herida corre el riesgo de infectarse, pero por lo general solo acontece con aquellas que presentan objetos extraños, o bien, que conservan tejidos lesionados como trozos de piel, que impiden la entrada de aire a la zona afectada.