A simple vista puede parecerle complicado identificar si empieza a tener conflictos con la manera en que bebe; no obstante, existen muchas señales de alerta que debe tomar en cuenta:
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• Se habla de alcoholismo cuando una persona tiene dificultades para controlar la bebida y una vez que empieza a hacerlo, ya no puede detenerse.
• Esto se refleja en que la persona empieza a tener conflictos en el ámbito familiar, con su círculo de amistades, e incluso, consigo mismo.
• Por otro lado, físicamente también le repercute, pues desarrolla padecimientos como gastritis, daño hepático y neurológico.
Señales que indican que se está convirtiendo en un borracho:
• Si ha notado que últimamente sus amigos tienen que llevarla hasta su casa, porque no está en condiciones de hacerlo solo.
• Si despierta y no recuerda lo que pasó en la fiesta de la noche anterior.
• Si a cualquier hora se le antoja beber.
• Si no le importa beber solo o acompañado.
• Si ha tenido problemas legales, de detenciones o de tránsito.
• Falta a su trabajo a causa de su forma de beber.
Es hora de que busque ayuda.
Como en cualquier adicción, el primer paso es que el paciente acepte que tiene un problema; se sabe que un individuo que toma dos copas por semana, aunque pueda controlar su forma de beber, ya se considera bebedor social. De ahí que sea importante detectarlo y estar dispuesto a buscar ayuda.