Por costumbre, para muchas personas el hecho de dormir asidos a algo en la niñez hará que la costumbre persista hasta la edad adulta.
Lo único que cambia a lo largo del tiempo es el objeto a abrazar, así de niños se acostumbraba abrazar a la mamá, a un muñeco de peluche o algún juguete, ya siendo mayores, entonces se abraza la almohada, algún cobertor e incluso la pareja (aunque hay casos que se sigue abrazando un peluche).
Pero además de esta costumbre, también se puede mencionar algún tipo de temor nocturno, por lo que se necesita sentirse acompañado de alguna manera, es además una forma de darse seguridad y tranquilidad, pero solo en casos muy extremos en que se vuelve más bien una patología se debe acudir a un terapeuta que tratara esos temores nocturnos.
Más motivos para no poder dormir sin abrazar algo:
• Frio nocturno que se soluciona abrazando algo para entrar en calor, de niños se podría considerar una buena opción abrazar a mamá y de mayores a la pareja, ambas opciones transmitirán calor durante esas largas noches frías.
• Seguridad ante pesadillas o preocupaciones, esto se vuelve frecuente en la niñez, pero para los mayores es una forma de relajarse, aunque muchas veces esto se añora y trata de abrazarse un sustituto, por ejemplo la pareja.