¿Qué es la memoria?
• Memoria (lat. memoria). Facultad de un individuo para conservar el recuerdo de las impresiones recibidas.
• En el lenguaje corriente, el término se emplea con un significado muy amplio, que implica tanto el concepto de recuerdo como el de aprensión, con todos los grados intermedios de transito respecto a la consciencia.
• Para la psicología clásica, la memoria se concibe en sentido estricto como facultad para poder revivir y reconocer el pasado, esto es, como la aptitud para evocar, bajo forma de recuerdos anteriores, estados de consciencia. Sin embargo, también porque la psicología clásica, por encima del psicoanálisis, admite el concepto de trazas memorísticas inconscientes, el hecho de querer reservar el término memoria a solo los recuerdos conscientes resulta más bien limitativo. En realidad, los recuerdos inconscientes representarían el mecanismo de defensa, puesto en acto por la consciencia, para alejar experiencias traumáticas del propio pasado y no aceptadas por parte del yo, experiencias que podrían ser reactivadas en particulares situaciones terapéuticas.
Cualquiera que sea el concepto que se adopte, siempre es indispensable introducir distinciones y subdivisiones, que varían según la dirección general y el nivel de integración en que se quiere estudiar la función de la memoria.
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En sentido lato, la memoria se puede distinguir en tres niveles de integración:
1. Nivel de aprensión condicionada.
2. Nivel de los símbolos.
3. Nivel de los recuerdos reconocidos como tales (memoria propiamente dicha).
El proceso de la memoria comprende cinco fases:
1. La fijación de los recuerdos, que se activa a través de la repetición de las experiencias, su viveza y su relación con las tendencias y los intereses.
2. La conservación de los recuerdos, que se desarrolla a un nivel inconsciente y que solo se puede deducir de las posibilidades de evocación.
3. La evocación de los recuerdos, que puede ser espontanea o voluntaria.
4. El reconocimiento de los recuerdos, que se refiere tanto a la identificación de experiencias pasadas con imágenes actuales como a la identificación de la naturaleza del recuerdo personal.
5. La localización en el tiempo y en el espacio de los recuerdos.
El olvido:
• A la memoria está estrechamente ligado el fenómeno del olvido, cuya existencia es necesaria a la misma función.
• En realidad una memoria que no olvidase nunca acabaría por llenar la consciencia con un cúmulo de contenidos sin interés, que, por el contrario, son eliminados.
Los conocimientos psicológicos de la memoria también son esencialmente determinables por los trastornos de esta función, que se pueden distinguir y separar en dos categorías: trastornos cuantitativos y trastornos cualitativos:
• Los cuantitativos se refieren particularmente a la pérdida persistente de los recuerdos (amnesia) o a su aumento excesivo (hipermnesia).
• Los cualitativos pueden, a su vez, ser clasificados en algunas formas elementales, entre las cuales cabe citar las ilusiones de la memoria, que son recuerdos incompletos, inadecuados o falseados por alteraciones en la localización en el tiempo y en el espacio, y las alucinaciones de la memoria, en las cuales el elemento psicogenético esencial está representado por la fantasía, que crea los recuerdos referidos a situaciones nunca vividas; estas alucinaciones se dividen tomando por base el error de distinción entre presente y pasado y entre realidad y fantasía, en falsos reconocimientos, caracterizados por la confusión entre el presente realmente percibido y un recuerdo falsamente creado, y en falsos recuerdos, que crean el presupuesto psicogenético de la confabulación.
Los trastornos de la memoria se pueden observar en muchas condiciones psicopatológicas, sobre todo en aquellas que tienen una base orgánica, como la confusión mental, el síndrome de Korsakov y la demencia senil.