La ira es un sentimiento desbordado que bien puede ser controlable o incontrolable, es motivado por alguna contrariedad o desavenencia, y el único modo que encuentra el ánimo para desahogarse es reaccionando violentamente.

Consejos ante los arranques de ira:

• Reflexionar sobre lo que se está a punto de hacer, esto hará que se detenga antes de cometer una barbaridad de la cual se puede uno arrepentir por mucho tiempo.

• Tomar las cosas con calma, sin duda todos los acontecimientos personales siempre suceden por un motivo: el aprendizaje, así que enojarse por aprender, no es recomendable, sobre todo si uno es aprendiz en la vida.

• Tomar las cosas de quien viene, hay personas cuyos comentarios son ofensivos, o sus actitudes son molestas, pero al final solo queda la mala impresión, porque dicha persona ni siquiera será vuelta a ver, o es alguien de quien no vale la pena ni enojarse, así que el conceder el derecho a la ira es dar demasiada importancia a alguien que ni siquiera la merece.

• Relajarse ante los malos momentos, porque al final solo son eso: instantes que se irán volando, ya nunca se volverán a repetir, o al menos las circunstancias no serán iguales, así que lo mejor es relajarse.

• Vivir la vida, el hecho de permanecer siempre en un mismo círculo social, o en un solo ámbito cotidiano hará que la perspectiva respecto a la vida sea estrecha por lo que ante algún desajuste en la dinámica diaria provocara descontrol ante cómo reaccionar, así que lo mejor es conocer nuevas personas, nuevos lugares, nuevas situaciones para que las situaciones del entorno inmediato puedan ser observadas con mayor criterio.