La alimentación durante el embarazo adquiere especial importancia dado que la buena nutrición de la mamá es uno de los componentes fundamentales para el éxito del embarazo. Tenga presente que el bebé se alimenta a través de usted y que lo que come determina lo que el recibe, o no recibe.
Sin embargo, la clave está siempre en la variedad y la cantidad. Cuando se habla de variedad se está refiriendo a que se alimente con los diferentes grupos del plato del bien comer:
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1.- Verduras y frutas (muchas):
• Verduras: Lechuga, espinacas, berros, quelites, chayote, nopal, romeritos, acelga, brócoli, zanahoria, calabacita, chile poblano, jitomate, alcachofa, rábano, cebolla, col…
• Frutas: Melón, papaya, sandia, guayaba, ciruela, higo, mandarina, manzana, naranja, mango, plátano, kiwi, fresas, durazno, piña…
2.- Cereales (suficientes):
• Arroz, avena, maíz, trigo, amaranto… en sus distintas presentaciones.
3.- Leguminosas y alimentos de origen animal (pocos):
• Leguminosas: Frijoles, habas, lentejas, alubias, garbanzos…
• Leche: Entera, semidescremada o descremada, yogurt, leche de soya…
• Carne, Queso, Huevo: Carnes en general, queso, clara de huevo, huevo entero, jamón de pechuga de pavo.
Las grasas, los azúcares y la sal se deben consumir en poca cantidad porque dañan la salud.
La ausencia de alguno de ellos en su dieta va a traer como consecuencia la falta de alguno de los nutrientes esenciales que su organismo necesita para estar saludable. Ahora bien, el concepto de cantidad no debe ser malinterpretado, ya que con ello no se está diciendo que necesita comer lo doble, sino que debe darle a su organismo una ración de cada grupo de alimentos.
Recuerde siempre variedad y cantidad, ambas ligadas, jamás supla alimentos ni exceda el consumo, a menos que tenga más apetito y su organismo lo requiera, pero recuerde, la cantidad siempre variada.