¿Qué son los antigripales?
Los antigripales son medicamentos, que se pueden adquirir sin receta médica, que nos ayudan a aliviar los síntomas del resfriado, catarro o gripe.
Los más comunes son los siguientes.

Expectorantes:
• Sirven para hacer más líquida la flema, y facilitar su expulsión, así que se recomiendan sólo cuando hay flema "dura", la cual se manifiesta por una sensación de dificultad al toser, dolor en el pecho y que puede estar propiciada por los antihistamínicos.
Antitérmicos:
• Llamados del mismo modo antifebriles, sirven para controlar la fiebre.
Antitusígenos:
• Disminuyen el reflejo de la tos.
• No siempre se deben utilizar, debido a que la tos es un mecanismo natural de defensa del organismo para expulsar las flemas y la mucosidad acumuladas en las vías respiratorias, lo que se llama "tos productiva", y no es conveniente controlarla.
• No obstante, si la tos es seca, es decir, irritante, debido a la falta de mucosidad, entonces estará indicado el uso de un antitusígeno.
Antihistamínicos:
• Se emplean para disminuir las reacciones de tipo alérgico provocadas por la acción de los diferentes virus de la gripe.
• Esta reacción, llamada "histamínica", consiste en la inflamación de las mucosas nasales y faríngeas, y en parte son las responsables de la sensación de cuerpo cortado, es decir, dolor de las articulaciones, dolor muscular y malestar general.
• Se aconseja usarlos sólo en los casos en que se presentan estos síntomas.
Gotas nasales:
• Su función es disminuir la secreción de mucosidad.
• De momento, despejan la nariz, pero resecan la mucosa nasal y esta resequedad hace que el organismo responda produciendo más mucosidad, es decir, es un mecanismo de rebote.
• Así que no se debe abusar de estos productos, además de que están contraindicados en los casos en que el paciente sufra hipertensión, diabetes y problemas alérgicos, como la rinitis.