Sin duda es de los pocos vicios cuyos resultados son positivos más que negativos, porque se distingue por cultivar el intelecto de manera que se adquiere nueva información misma que es útil para la calidad personal de cada quien, aumenta su sapiencia y extiende su criterio hasta límites insospechados.
El gusto se adquiere desde la tierna infancia, pero es cuestión de cada quien cultivarla o dejarla, por lo que el interés por aprender y superarse es puesto a prueba en cada libro.
Los libros han sido a lo largo de la historia de la humanidad, un auténtico depósito de un bien invaluable: la memoria, por lo que su preservación es responsabilidad de la humanidad, porque a final de cuentas es un registro de su actividad en el planeta.
Algunos tipos de lecturas:
•Informativos: se distinguen por recaudar información a fin de poner a disposición del interés público, las distintas actividades en que se desarrollan las entidades públicas y administrativas.
•Didácticos: estos buscan enseñar para el bien de la población ávida por aprender, son dirigidos a niños, jóvenes y adultos, básicamente para aprender a leer, escribir resolver problemas matemáticos, conocer el mundo donde habitan, así como los hechos ya pasados.
•Narrativos: estos buscan estimular la imaginación, conocer nuevos lugares, tiempos y espacios, pero sobre todo lograr que las distintas imágenes y narraciones provoquen en el lector una sensación de encontrarse ahí, en el centro de la acción.
•Históricos: buscan dar a conocer hechos pasados pero con la finalidad de aprender de eventos antiguos, su principal objetivo es que conociendo el pasado se evitaran los yerros del presente y futuro.
•Técnicos: como su nombre lo indica, se concentra exclusivamente en enseñanzas exactas para realizar tal labor u oficio, en pocas palabras es un manual para aprender correctamente a ejecutar la teoría.