Aunque se escuche como una exageración, por cada kilo de grasa corporal extra, el organismo requiere hasta un kilómetro de pequeños vasos capilares para irrigar ese volumen físico nuevo que se ha adquirido.

• Esto significa que el corazón debe ejercer un gasto excesivo y un esfuerzo enorme e inútil en cada pulsación.

• Estar pasada de peso no sólo trae mayor carga de trabajo al corazón, sino que además entorpece y dificulta los ajustes que realiza a cada momento en su ritmo y en la fuerza de contracción para mantener la correcta difusión de la sangre.

• El corazón se fuerza mucho más cada vez que cambia de postura, hace ejercicio, come o, sorpresivamente, hasta cuando duerme.

• El aumento de grasa en el tórax es una barrera que el corazón se ve obligado a vencer cada vez que se expande con el fin de llenar sus cavidades, antes de poder bombearlas hacia la arteria aorta y de allí a todo su organismo.

• Esto sin tomar en cuenta la compresión que también sufren los pulmones, lo cual disminuye el aporte de aire (oxígeno) indispensable; razón por la cual, nuevamente nuestra súper bomba tiene que compensarlo con más y más trabajo.


Por el lado que se quiera ver, tener sobrepeso pone en serias dificultades porque eso sobrecarga a su corazón y como resultado, poco a poco, mina su potencial y su tiempo de vida útil.

La recomendación: tratar de bajar de peso sanamente o mantener el peso correcto.