Los sofocos son la sintomatología más típica y frecuente de la menopausia. El sofoco es una sensación, desagradable y pasajera, de oleada de calor en la piel que suele comenzar en el pecho y va subiendo hacia la cabeza. Se suele acompañar de enrojecimiento facial y aumento de sudoración del pecho, el cuello y la cabeza. En algunas ocasiones, se acompaña de la desagradable, sensación de aumento del ritmo cardiaco o palpitaciones.
Los sofocos pueden producir situaciones incómodas, sobre todo, cuando la mujer se encuentre en público, ya que instintivamente cuando sucede, se suele buscar alivio, quitándose algo de ropa, abriendo la ventana o recurriendo al abanico. Generalmente, los sofocos suelen ser una sintomatología pasajera, que va disminuyendo paulatinamente.
¿Cómo tratar la menopausia?
• Se comienza con isoflavonas de soya, que tienen una acción estrogenica natural. Si no existe respuesta con esta terapia y la sintomatología es muy intensa e interfiere de forma importante en la vida de la mujer se puede valorar comenzar con terapia hormonal sustitutiva a dosis bajas para conseguir la mejoría de los síntomas, siempre bajo la supervisión del ginecólogo.
• Terapia hormonal sustitutiva. Actualmente, sólo se indica si la sintomatología no responde a tratamientos no hormonales, y altera de forma significativa la vida normal de la mujer. Las pacientes siempre tienen que conocer los riesgos y los beneficios del tratamiento. Aún así, este tratamiento debe mantenerse un tiempo máximo de cinco años.