A pesar de lo romántico de la figura, de lo poético que resulta observar a alguien lanzar un suspiro, no cabe duda que es algo más allá de lo figurativo, es más una reacción física ante un impulso causado por una emoción relativamente fuerte.


Y no es que se trate de algo extraordinario, más bien, es una reacción perfectamente natural, propia de un ser humano en uso pleno de sus sentimientos más íntimos en conexión directa con la mente.

Algunas razones físicas para que una persona suspire mucho:

• La producción de adrenalina en el cuerpo hace que se acumule aire extra en los pulmones, mismo que es producido al experimentar una sensación intensa.

• Asimismo la norepinefrina es responsable del incremento de aire en los pulmones por lo que debe ser desalojado, el suspiro es la forma más usual para lograrlo.

• Sin embargo, no solo es por una sensación de tipo amoroso que aparece el suspiro, sino también como una especie de terapia contra el estrés, básicamente relaja todos los sentidos.

• Científicamente se le llama presión positiva al final de la expiración, cuya misión es evitar el sobrellenado de oxígeno en los pulmones, gracias a este mecanismo se evita el colapso de los mismos.