La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo modificable cardiovascular más nocivo, ya que la elevación de la presión arterial incrementa la probabilidad de enfermedades cardiacas, neurológicas e incluso de mortalidad.

¿Qué es la retinopatía hipertensiva?

• La retinopatía hipertensiva es la enfermedad caracterizada por la degeneración que tienen lugar en la retina a causa de la hipertensión arterial (HTA).

¿Qué puede afectar la retinopatía hipertensiva?

• La hipertensión arterial afecta a las arterias de varios órganos del cuerpo, fundamentalmente el corazón, el riñon, los ojos y el cerebro, actuando de forma silente muchos años antes del daño orgánico y de ser clínicamente aparente.

• De ahí la importancia de su diagnóstico precoz.

¿Cuándo se considera que hay retinopatía hipertensiva?

• Se considera que una persona presenta HTA cuando las cifras de presión arterial sistólica son iguales o mayores de 140 mmHg y las de la diastólica igual o superior a 90 mmHg.

• En personas diabéticas, con enfermedad vascular o renal, hay HTA cuando la presión arterial es superior a 130/80 mmHg.

Clasificación y evolución retinopatía hipertensiva:

La retinopatía hipertensiva se clasifica en cuatro grupos, según las características de los vasos sanguíneos que se observen en el fondo de ojo. Esta clasificación es muy útil a la hora de conocer el grado de afectación vascular tanto a nivel de la retina como a nivel de otros órganos.

Los hallazgos en el fondo de ojo que interesan son el grosor y el grado de acodamiento de los vasos, la presencia de hemorragias o exudados y si existe edema a nivel de la cabeza del nervio óptico. La evolución clínica se puede dividir en:

•

Aguda.

Se presenta en situaciones en las que el aumento de la presión arterial es brusco. Se caracteriza por presentar visión borrosa, que suele ser transitoria y se normaliza al restablecerse los valores normales de presión, pudiendo estar acompañada de dolor de cabeza. En el fondo de ojo se observa una disminución generalizada del calibre de los vasos. En los casos más graves se pueden apreciar hemorragias, exudados y edema de papila.

•

Crónica.

Se observa en pacientes con hipertensión de larga duración y, a diferencia de aquellos que padecen la forma aguda, no presentan disminución de la visión. En el fondo de ojo se puede apreciar en estos casos una disminución del grosor de los vasos, unos cruces arterio-venosos patológicos y dilataciones saculares en la pared de los vasos. Además, este tipo de hipertensión aumenta el riesgo de que se produzcan oclusiones vasculares, pudiendo afectarse entonces la visión.

Diagnóstico de la retinopatía hipertensiva:

Se establece mediante el examen del fondo de ojo, realizando revisiones periódicas sobre aquellos pacientes que presentan hipertensión.

• El examen del fondo de ojo proporciona una "ventana" para estudiar de forma sencilla la circulación sanguínea.

• Encontrar signos precoces de hipertensión en el fondo de ojo en pacientes sin síntomas es un primer paso para establecer el grado de riesgo cardiovascular de estos pacientes.

• La importancia del examen de fondo de ojo radica en la posibilidad que brinda de conocer el estado del sistema circulatorio (cerebral, cardiaco, renal) con un "botón de muestra" que es la circulación de la retina.

Factores de riesgo de la retinopatía hipertensiva:

• Mal control de la presión arterial crónicamente elevada.

• Diabetes mellitus.

• Consumo de tabaco.

• Embarazo.

• Niveles altos de colesterol y triglicéridos.

• Ser mayor de 50 años.

• Diversos factores genéticos.

¿Tratamiento de la retinopatía hipertensiva?:

• El tratamiento de la retinopatía hipertensiva es el mismo que para tratar la tensión alta, es decir, seguir unos hábitos de vida saludables (control de peso, disminución de la sal en las comidas, ejercicio físico moderado y regular...), la administración de fármacos antihipertensivos y el control en consulta ambulatoria.

• En el caso de la retinopatía hipertensiva aguda se está ante una situación de urgencia, cuyo tratamiento se realiza en el ámbito hospitalario y va orientado a un control exhaustivo de las cifras de tensión arterial con tratamientos mucho más específicos.