Bondades de los germinados. Estos embriones de plantas (soya, lentejas, trigo, avena, alfalfa, garbanzos...) son más saludables que el vegetal maduro, esto se debe a su densidad nutritiva (concentran todo el potencial alimenticio de la futura planta) y a su riqueza en compuestos regeneradores y protectores.
Para que sirven los germinados:
• Combaten la anemia. Debido a su riqueza en clorofila, la "sangre" de la planta, que favorece la producción de glóbulos rojos, sirve para tratar la anemia.
• Ayudan a bajar lípidos. El radical fitol que contienen reacciona con el colesterol que ingiere, formando fitoesteroles, que se eliminan por las heces.
• Nos proveen de más nutrientes. Durante el proceso de germinación se multiplica la síntesis de vitaminas importantes (sobre todo A, B y C).
• Mejoran la digestión y la flora intestinal. La germinación favorece la aparición de enzimas digestivas y transforma el almidón, las grasas y las proteínas en sustancias más digestibles y asimilables.
• Sacian el hambre ayudándonos así a controlar el peso corporal. Los brotes aportan pocas calorías y abundante fibra vegetal y agua, lo que los convierte en saciantes.
¿Cómo comer germinados?
• De preferencia lo más frescos posible y en crudo; ya que así se mantienen intactas todas sus cualidades nutritivas.
• Inclúyalos en todas sus ensaladas o en jugos.
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