La boca es la primera sección del aparato digestivo, es algo más que una cavidad simple donde se reciben la comida y los líquidos, puesto que es una parte importante; aunque no esencial, de la digestión, ocurre en ella, gracias a los dientes y a los movimientos vigorosos de los músculos de la lengua y a los jugos digestivos especiales fabricados por las glándulas salivales:
• Dos de ellas, las parótidas, se encuentran situadas en la parte anterior del oído. La inflamación de las parótidas causa la enfermedad conocida con el nombre común de “paperas”.
• La salivación es también aumentada por estímulos mecánicos de algo en la boca, como la goma de mascar o hasta el dedo mismo.
• El 99 por ciento del componente total de la saliva es el agua; lo que resta lo forman sales inorgánicas y un fermento que actúa sobre los almidones, llamado ptialina.
• Mientras los alimentos se trituran por la acción de los dientes y los movimientos enérgicos de la lengua, la saliva se mezcla con el bolo alimenticio, comenzando allí mismo la digestión de los almidones, que son convertidos en simples azúcares debido a la acción de la ptialina, acción que se continúa en el estómago siempre que no la inhiba jugo gástrico.
• Sales inorgánicas son asimismo activos ingredientes de la saliva, una de ellas, por ejemplo, el bicarbonato, mantiene constantemente la alcalinidad de los jugos salivales. Las enzimas actúan según las condiciones de acidez o alcalinidad. Otras sales de calcio o de fósforo y carbonato cálcico, se depositan entre los dientes junto con materiales orgánicos, constituyendo el llamado sarro dentario, que se quita al lavarse los dientes con el cepillo.
• Cuando los alimentos se reducen de volumen y se mezclan bien con los jugos salivales, pasan hacia la garganta, comenzando el acto de la deglución, que tan solo al principio puede considerarse un acto voluntario. Una vez que el bolo alimenticio llegó a la faringe, conducto común para la respiración y digestión, la campanilla o úvula, situada a la entrada de la misma, se eleva, cerrando los conductos nasales y dejando pasar los alimentos que se degluten a través de ella.
• La epiglotis se eleva, evitando el paso del bolo alimenticio hacia los pulmones, y la contracción de los músculos de la faringe, ayudados por los de la lengua, impulsan los alimentos hacia el esófago.