Porque todos los días nos vemos y no notamos los pequeños cambios que diario se van dando. Sin en cambio, cuando dejamos de ver a alguien, digamos un sobrino de 1 año, y lo volvemos a ver en unos 2, 3, 4 ó 5 meses, fácilmente notaríamos como ya creció un poco más que la última vez que lo vimos.
Hay una forma muy sencilla en la que nos podemos dar cuanta que ya crecimos: cuando la ropa ya no nos queda, los pantalones nos quedan cortos o “zancones”, la playera o blusa corta y en algunas prendas ya no entramos. Cuando eso sucede, es que ya crecimos.
El crecimiento es el desarrollo progresivo normal anatómico, fisiológico, psicológico, intelectual, social y cultural que experimentamos desde la lactancia hasta la vida adulta. En el crecimiento de cualquier individuo intervienen numeroso componentes interrelacionados como la herencia, la edad, la raza, la alimentación y las posibles enfermedades padecidas.
No es posible saber cuánto vamos a crecer, solo podemos darnos una idea tomando como referencia la estatura de los papás y a veces, de los abuelos. Hay quienes crecen mucho de chicos y en la adolescencia se “estancan”, otros aparentemente no crecen, pero llegando la adolescencia dan el “estirón”.
Así que, crezca lo que crezca, sea feliz.