Las pastas deben estar presentes de entre uno y tres días a la semana en la dieta, alternando con otros platos como legumbres y arroz. La recomendación es no enriquecerlas demasiado con grasas o cremas.

La pasta la encontramos en muy diversas formas: espagueti, tallarines, macarrones, sopa de fideos, coditos, letras, granillo, estrellas, conchitas, tornillo, el cilindro, los canelones, entre otros.

Importancia de la pasta en la alimentación:

• La pasta se asimila lentamente al organismo, por lo que sacia y así ayuda a controlar la cantidad de comida.

• No engordan al cuerpo como se piensa, ello se debe a que contienen muy poca cantidad de grasas y su riqueza en carbohidratos es más bien mínima.

• Quienes padezcan colesterol pueden consumirla, ya que presentan un bajo nivel en grasas.

• El valor nutritivo de la pasta va a depender de su composición de la harina de partida, o lo que es lo mismo, de su grado de extracción. Así, a mayor porcentaje de extracción, mayor contenido en fibra, vitaminas y minerales.

• Quienes tengan hipertensión también lo pueden comer, pues la pasta presenta cantidades significativas de sodio.

• Por su elevado contenido en almidón, las pastas son alimentos de alto valor energético. Esta característica hace que este alimento sea recomendable en la dieta habitual de cualquier persona, y especialmente de quienes necesitan un mayor aporte energético, como ocurre en la niñez, la adolescencia y en personas con profesiones de gran actividad o desgaste físico.

• También se recomienda en personas con diabetes, ya que su contenido en almidón ayuda a regular el incremento de azúcar.

Contraindicación de la pasta:

• Contiene gluten, por lo que no se recomienda en personas que sufren de celiaquía o intolerancia al gluten, a excepción de aquellas variedades elaboradas expresamente sin gluten.