Primero definimos lo qué es una úlcera péptica: Una úlcera péptica es una erosión que aparece en la mucosa (el revestimiento interno) del estómago o del duodeno, cuya parte conecta el intestino delgado con el estómago.


Las úlceras pépticas son erosiones que aparecen en la mucosa (revestimiento interno) del estómago o del duodeno, que es la parte del intestino delgado que conecta con el estómago.

¿Cuáles son las causas de la ulcera péptica?

• El revestimiento del estómago y el intestino delgado tiene mecanismos de protección que previenen los daños que podrían causar los ácidos irritantes producidos en el estómago. Cuando estos mecanismos se deterioran, mucosa interna se destruye, ocasionando una inflamación.

• Antes se pensaba que la dieta y el estilo de vida jugaban un papel importante en la aparición de la úlcera péptica. Pero, en realidad, las causas que con más frecuencia provocan la aparición de la úlcera son:

     » Infección por bacteria. La bacteria Helicobacter pylori está presente en más del 95 por ciento de los casos de úlcera péptica. Se adhiere a la pared del estómago o el duodeno, reduciendo su capacidad de resistencia a los ácidos gástricos y dañándola. Todavía no queda claro cómo llega esta bacteria al tubo digestivo, aunque se piensa que probablemente es por medio de los alimentos o el agua. También se sabe que puede transmitirse de persona a persona mediante contacto cercano. Para evitarlo, se recomienda una correcta higiene de manos después de ir al baño y antes de las comidas.

     » Antiinflamatorios no esteroideos. Fármacos como la aspirina o el ibuprofeno tienen un elevado poder lesivo sobre la mucosa gástrica, por lo que se recomienda administrarlos acompañados de un protector gástrico en caso de tratamientos que puedan prolongarse algunos días.

• Otras causas: Algunos factores genéticos, como pertenecer al grupo sanguíneo 0, y el consumo de alcohol y tabaco también juegan un papel importante en la aparición de la úlcera.


En contra de las creencias populares, ni las comidas picantes ni el estrés están relacionados con la formación de úlceras, aunque sí pueden hacer que resulten más dolorosas.