No solo poedemos considerarlas como un elemento decorativo de tus postres o un mero capricho gastronómico. Las fresas, grosellas, moras, frambuesas y demás frutas rojas esconden numerosos beneficios para la salud.

Protegen contra determinados tipos de cáncer y previenen enfermedades cardiovasculares e infecciosas. Estos son solamente algunos de los muchos beneficios que nos puede reportar a la salud la ingesta de frutas rojas, alimentos que deberían ser más habituales en nuestra dieta.

Sandía, fresa, manzana, cerezas, grosellas, frambuesas, higos o uvas son auténticas "bombas" saludables, gracias a sus nutrientes antioxidantes, que actúan contra unas moléculas inestables, llamadas radicales libres.

Estas moléculas llegan a nuestro cuerpo a través de agentes externos como la contaminación ambiental, el humo del tabaco, productos químicos (pesticida) o determinadas grasas.

No obstante, los radicales libres no son del todo perjudiciales, y nuestro propio organismo produce este tipo de moléculas de forma moderada para luchar contra las bacterias y los virus.

Y es el propio organismo el que los controla fácilmente a través de enzimas oxidantes que también se encarga de fabricar. Sin embargo, el problema surge cuando se acumula en nuestro organismo, y a lo largo del tiempo, un exceso de radicales libres, lo que provoca su oxidación.

Estudios científicos han relacionado la acción bioquímica de estas moléculas inestables con el cáncer y con los daños causados por el colesterol malo en nuestras arterias y, por tanto, directamente con las enfermedades cardiovasculares.