La circulación sanguínea comprende un conjunto de procesos mediante los cuales la sangre fluye de manera constante en el interior de nuestro organismo. Es la encargada de llevar a todas las células de cuerpo el oxígeno y las sustancias nutritivas que requieren y recibir, al mismo tiempo, los productos de desecho de los tejidos para conducirlos a los órganos encargados de su pronta eliminación.
La sustancia vital fluye por el interior de unos conductos llamados vasos sanguíneos que comprenden las arterias, venas y capilares. El órgano central que hace posible dicha función es el corazón, cuyos movimientos rítmicos (latidos) impulsan el movimiento de la sangre por todo el organismo.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, los médicos recomiendan, sobre a todo a aquellas personas cuya profesión les obliga a permanecer mucho tiempo sentadas o de pie en una sola posición, realizar ejercicio físico.
¿Cómo ayuda el ejercicio físico en la circulación de la sangre?
• La práctica adecuada de ejercicio supone un aumento en la actividad del corazón.
• Y por consiguiente, estimula la circulación, conservando en un buen estado los mencionados vasos sanguíneos.
El ejercicio aeróbico es el que más conviene en estos casos, es lo que más beneficia, así caminar, correr, bicicleta o natación, son ejercicios en donde se ejercitan los músculos de las piernas que mejoran la circulación.
Otros consejos para mejorar su circulación, aparte del ejercicio, son:
• Come sanamente, incluye todos los días frutas y verduras, así como alimentos con fibra y modera el consumo de carne. Evita el exceso de grasas.
• Toma agua diario.
• Usa ropa ligera, no tan ajustada. Procura que tu calzado sea cómodo y no abuses de zapatillas de tacón muy alto.
• Al bañarte, termina con un chorro de agua fría sobre tus piernas.